BUTACA DEL FONDO ¿Nueva Legislación para el Cine y el Audiovisual a punto de ser “aprobada”?
Hace unas semanas se presentó al Congreso un proyecto de ley de Promoción de la actividad cinematográfica y audiovisual, fue aprobado en primera instancia, es decir aceptada por el Congreso, acto celebrado mediáticamente de manera “espontánea” y triunfalista por algunas asociaciones junto con funcionarios y políticos encargados de manejarla y hacerla correr en la instancia. Posteriormente entre algunas pocas entrevistas complacientes en los medios, notas y necesarios escritos de apoyo en la web, se fue diluyendo y desinflando la posibilidad de lograr por ahora la aprobación total del proyecto en una segunda instancia confirmatoria, que de ser así pasará como es obvio con los “arreglos” correspondientes, sobre todo teniendo en cuenta la realidad de corrupción, blindaje y demás taras del congreso en su enfrentamiento con la justicia y el ejecutivo propiciando la actual coyuntura de crisis y enfrentamiento. Si bien la posibilidad de cobrar vida y funcionar, si mantenía ciertas exigencias y pedidos, era cercana, esta apreciación cambió al ser publicada en el diario El Comercio del momento y encontrarse al ser leída, claramente impresa, una “aparecida” cláusula censora, que limita la participación de proyectos fuera de las exigencias oficiales tanto ideológicas como políticas y sobre todo al pasar las páginas, encontrarnos que no se toca substancialmente nada en cuanto a la real problemática de la exhibición, es decir la injusta distribución del poco número de salas para el cine peruano, problemática que viene sufriendo el cine desde siempre frente al copamiento del mercado por parte del gran cine industrial corporativo, así como no encontrarse nada efectivo y realista sobre la solución a la carencia de un Instituto del Cine, una Escuela y una necesaria Filmoteca, encontrándose literalmente sobre este tema, solo simples enunciados con posibles y factibles “arreglos” y “maquillajes“ de última hora por parte de la burocracia, como sucedió y esto es una “jugada” de último minuto, con la disminución de los % destinados como premios, específicamente al cine llamado regional. Realidades y carencias harto conocidas sin solución en la actual legislación vigente desde hace más de treinta años, y claro las más importantes se mantienen a pesar de la diversidad de grados de importancia con que se presenta en el proyecto estas urgentes necesidades, siendo evidente que la coyuntura político económica actual no es la más adecuada. La ausencia de positivas propuestas que propiciarían e iniciarían un verdadero cambio en la realidad de nuestro cine, quedará para otra oportunidad, por el momento lejana, la realidad de corrupción y del caos actual en el congreso y en la casi mayoría de instituciones del Estado arrastrada desde los noventas no lo hace posible. Quedando este proyecto como un reverendo saludo a la bandera a juzgar por la lectura del mismo, pues el peso del proyecto de nueva legislación presentado hace “hincapié” al aumento de capital destinado a los “premios” que al parecer es el “cuidado” interés de este fallido proyecto. En este caso el necesario cambio de fondo de una nueva legislación cinematográfica diluido en enunciados solo barajan y proponen de una manera “política” aceptable por no decir correcta para el sistema, posibles aumentos del capital destinado a “premiar” proyectos que cumplan los requisitos presentados en Lima y en provincia y “de ser posible” un aumento del % otorgado para los proyectos presentados en las regiones, loable actitud de los representantes, si esos son sus intereses, lo que no quita y repito transforma este esfuerzo en un gran saludo a la bandera, por lo demás elocuente y por decir lo menos idealista, pues la inmediata respuesta fue por el contrario bajar el %, agregar articulados y tachar obviando otros pedidos, creo que para mejor coyuntura será posible ver realizado estos sueños. Hablando de cine en el Perú, el mote del llamado cine regional, francamente esta demás, todos los proyectos en su diversidad representan al cine en el Perú, el cine realizado en provincia al margen de paternalismos, populismos y tratando de superar el centralismo atávico de por medio, debería de tener las mismas exigencias y premios que cualquier proyecto aprobado para competir en la ciudad capital. Para el cine realizado en las provincias, llamado cine regional que será parte por su productividad de esa futura y añorada industria del cine en el Perú, la descentralización es obvio que no va por ahí, es un asunto político y económico que atañe al país en su diversidad y composición que de ser artísticamente y técnicamente realizada como propuesta cinematográfica lograda, enriquecerá como lo viene haciendo con algunas de sus producciones tanto el lenguaje como los contenidos, sin menoscabo de ese cine “comercial” abundante por estas décadas, tratando de llegar a un público masivo. Por otro lado la problemática de la necesaria Cuota de Pantalla, convenientemente “olvidada” en este proyecto, solo posterga la decisión, necesaria por supuesto en un futuro cercano a juzgar por la cantidad de películas que justamente se realizan además de Lima, en las provincias y sus regiones, derecho de nuestro cine a participar en un justo número de salas para su exhibición. Problemática que no se toca, salvo de manera enunciativa y en nada perturbadora para el statu quo actual, teniendo en cuenta que por otro lado el punto álgido de nuestro cine es su poca llegada y sobretodo la ausencia de un público cautivo que fortalezca nuestro cine frente a la avasallante en la mayoría de los casos llegada del cine de la gran industria USA, que copa la mayoría de salas entre generosas campañas publicitarias y no pocas acciones en contra de nuestro cine, en muchos casos con el apoyo y “silencio” de ciertos medios, cuidando intereses, tanto generados por la publicidad como por esa malsana “ilusión del éxito” latente y posicionada por los medios. Por el momento nada que hacer sobre todo frente a la regla de oro del neoliberalismo, en la exhibición y esto es un trato con los dueños de las salas o de los multicines, solo el superar el mínimo de entradas vendidas, podrá asegurar la permanencia de la película en la sala unos días o una semana más, nada nuevo, se viene haciendo desde décadas atrás, posición válida para toda película compitiendo por su público. Como noticia de último minuto el proyecto quedó relegado a una nueva oportunidad, al parecer al presentarse fue “intervenido”, “fusionado” “interpretado” “disuelto” a gusto de los intereses de la mayoría de este congreso, a través de su respectiva comisión encargada, que ya sabemos para donde “patea” a estas alturas jugando en pared con representantes de corporaciones transnacionales y sus mundializadas industrias cinematográficas, quedando por otro lado en nada, entre otros ajustes y arreglos, la posibilidad de aumentar la ayuda a los premios al cine en las diversas regiones del país, al no aceptarse y por el contrario reducirse el % pedido a juzgar por un enunciado “fuera de cámara”, que hablaba sobre la reducción de los premios a un % menor que el exigido, deviniendo en un proyecto fallido a juzgar por los acontecimientos generados, a su entrega y los cotejados a última hora por la comisión encargada del seguimiento, que entre otras cosas recién publica los documentos, descubriéndose una serie de cambios y agregados bajo la manga por parte de la burocracia “defendiendo” sus intereses, sin la participación de los representantes gremiales, siendo el de mayor resonancia el articulado que se ocupa del quien aprobara los premios, que al parecer, evaluando y analizando los escritos, recaerá en una sola persona, alto funcionario del ministerio de cultura, lo que por decir lo menos no es democrático, tenemos pues hasta el momento, entre nuevos artículos reinterpretados, readaptados, reglamentos y trámites burocráticos así como exigencias a nivel de control y aprobación, un gran saludo a la bandera como legislación, que de ser aprobada representará para el cine en el país un estancamiento a nivel no solo distribución y exhibición, sino evidentemente a nivel expresión, esta demás decir que supuestamente “florecerá” a juzgar el juego entre bambalinas, el llamado cine “comercial “ de “éxito”, basura del entretenimiento, propiciado por todos estos argumentos de control, entre alianzas y articulados con nombre propio, y que no solo enviará nuevamente el cine peruano al “rincón de las ánimas” a nivel contenido, mientras que en la coyuntura actual a la espera de que la actual situación político-económica se calme, la legislación “emponderada” por el sistema para su posible aprobación en segunda instancia, con todos los “alcances” oficiales que en nada favorecen al actual cine en el país, saldrá nuevamente, celebratoriamente con “bombos y platillos” a festejar tremendo mamotreto reaccionario, dejando en ridículo la “celebración” anticipada ante la aprobación en primera instancia, puesto que hizo creer a los interesados que esta vez sí tendríamos una nueva ley, fuera de los parámetros de la obsoleta ley vigente, promulgada en los noventas por el fujimorismo, quedando como sabemos a juzgar por la coyuntura en suspenso su aprobación final en segunda instancia, la cual podría suceder en cualquier momento, teniendo en cuenta también que además, asuntos políticos, económicos, ideológicos, etc, etc, en medio de esa dramática y mediática carrera confrontacional emprendida por el ejecutivo contra la corrupción, podrían postergar la decisión y claro a la larga formar parte de esos acostumbrados “cortinajes” de humo tan bien creados por el sistema actual de gobierno, en su conjunto claro está.