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Cine. Un poco de historia.



La Muralla Verde (1969) es una emblemática película peruana dirigida por Armando Robles Godoy, en la foto, mi amigo Fausto Espinoza Farfán quien fuera documentalista, fotógrafo, artista plástico, en ese momento en sus inicios fue asistente de cámara de Mario Robles Godoy extraordinario director de fotografía que tuvo a cargo la imagen de dos importantes películas de su hermano, “La Muralla Verde” y "Espejismo" rodada en 1972 en Ica, trabajé con Robles Godoy como jefe de Maquinistas en la primera y Escenógrafo en la segunda, desde entonces nunca dejamos la cámara de fotos, ni la Arriflex, el color y la luz era la búsqueda y el blanco y negro fue una gran herramienta, la “foto fija”, y ese afán de plasmar momentos y situaciones nos venía desde la Escuela de Cine, Robles supo inculcarnos ese su Lenguaje Misterioso y ese fuego por la imagen, el sonido y la cámara. A fines de los sesentas Mario Robles nos escogió como asistentes, aprendimos mucho de este gran artista, llegó a Perú a trabajar con Armando desde Venezuela donde vivía hace años, fue el primer director de fotografía profesional peruano en la época, podría decirse que después de Trullen en los cincuentas, y los hermanos Valdivieso asistentes y camarógrafos de sus noticieros, sin olvidar a los Caycho, que destacaron en los sesentas, así como el gran camarógrafo Eulogio Nishiyama del Cine Club de Cusco, entre los sesentas y setentas, no había destacados hombres con la cámara, pues había un largo receso del cine en el Perú, que venía siendo arrastrado desde décadas atrás, se producían no más de dos o tres largometrajes de vez en cuando, y eso sí un sin número de documentales, en su mayoría turísticos, producidos por firmas extranjeras. Este fenómeno muy de acuerdo a la situación de país en desarrollo, se inició durante la segunda posguerra mundial, años cuarenta y cinco en adelante, el cine norteamericano cerró filas en esa época copando y recuperando espacio en América Latina y en el mundo en cuanto a la exhibición contra el exitoso cine argentino, mexicano y claro el nuestro, gran crisis, se cerraron estudios, el cine devino en noticieros y documentales turísticos y se dio el inicio del auge de la publicidad en 16mm con la aparición de la TV antes del video, los pocos técnicos peruanos que sobrevivieron trabajaban en publicidad y los que tenían experiencia en LM eran extranjeros, muchos de ellos buenos amigos afincados en Lima. De esa época sobrevivieron hasta mediados de los ochentas laboratorios de revelado en blanco y negro 16mm, destacaron los Hermanos Valdivieso y Telecine. Aparecieron después, a mediados de los sesentas, en plena movida de Robles y productores de la época, por una legislación apropiada, quien ya había filmado su primer Largometraje, “Ganarás el Pan” y “En la Selva no hay Estrellas”, Orlando Aguilar, Arturo Sinclair, Pedro Novak, Jorge Suárez y Mario Acha, fotógrafos, directores y productores, casi todos ellos, menos Aguilar y Suarez trabajaron en la Escuela de Cine que Armando Robles fundó a finales de los sesentas, la empresa Productora que dio trabajo a la mayoría se llamaba Nova, por esa época vino de Suiza Gianfranco Annicchini lo trajeron los “Traperos de Emaús” y se quedó en el país, gran cámara y documentalista, también estaban conocidas empresas de producción como Telecine del francés Henry Aisner, y Audiovisuales Producciones. Armando fundó su Escuela junto con Augusto Geu Rivera, músico peruano, esa brillante idea fue para capacitar y formar gente de cine para la realización de sus películas, tenía a Alfonso La Torre y el profesor Miguel Reynel, como importantes profesores, al mismo tiempo Armando fundó “AMARU” Producciones, para seguir produciendo, todos éramos amigos y trabajábamos muy de cerca, eran y son de los mejores que me acuerdo, todos hombres de cámara. En 1973 incentivados por la nueva legislación todos realizábamos documentales y cortometrajes, además de fotografía y cámara, a mediados de los setentas llegó Carlos Ferrand, también de la Escuela de Cine de Armando, regresó después de complementar sus estudios en Bélgica para volver a irse, pero esta vez a Canadá, donde reside hace años, y donde lleva ya realizados algunos LM entre ficción y documentales, viajó unos años después de haber fundado el grupo de cine “Liberación sin Rodeos” junto con Marcela Robles y otros, con quienes realizó cortometrajes y documentales, en esa época estaban también Jorge Volkert documentalista y hombre de publicidad, quien en 1979 se encargó de la dirección de fotografía de mi medio metraje, “Cuatrotablas , Espacio Vivo”, Orlando Macchiavelo, fue otro de los grandes camarógrafos y fotógrafos, fueron ambos grandes directores de fotografía, Juan Durán es otro gran camarógrafo y muy buen fotógrafo, apareció en los ochentas más o menos, se encargó hasta ahora de casi todas las películas de las nuevas generaciones noventeras, Fausto Espinoza, en la foto y motivo de este recordatorio ejerció su talentosa búsqueda a punta de documentales, y cortometrajes, trabajó con Robles Godoy como dije y con Jorge Sanjinés el Director boliviano y realizó conmigo y Jorge Suarez documentales durante la vigencia de la ley 19327, Alejandro Legaspi uruguayo llegó con su arte y profesionalismo, miembro del grupo Chaski fundado por Estefan Kaspar y Fernando Espinoza fue y es también un gran director de fotografía, también desde Cusco Jorge Vignati se batía en el oficio que después desarrollaría en toda su plenitud, lo conocí el 70 durante el rodaje de “The Last Movie” de Dennis Hopper y Peter Fonda, trabajamos juntos además de Pedro Novak que estaba con cámara de apoyo en 16mm, Jorge Vignati como asistente de sonido, yo en el equipo de arte, para la construcción de los escenarios, foto fija y maquinista en el rodaje, el director de Fotografía en la película fue el famoso Laszlo Kovacs, también estuvieron Arturo Sinclair, Fernando de La Jara, Miriam de Rivero, Alicia Vazquez, Juan Cuadros y un gran grupo de trabajadores que conformaron el equipo de Leon Eriksen Director de Arte de la película, a partir de 1972, con la nueva ley de cine, al fundar Inca Films, Pancho Lombardi filmó sus primeras películas con Pili Flores-Guerra que se iniciaba también en la Dirección de Fotografía y en ese gran y maravilloso lenguaje, en esa época Augusto Tamayo era su director de Arte, quien al poco tiempo realizaría su gran carrera como largometrajista, otros cineastas que se iniciaron en la época fueron, Nilo Pereira, Chicho Durant, también Nelson García, entre los cortometrajistas, y claro la gran y única mujer directora en la época Nora de Izcue socia fundadora de Amaru Producciones junto a Robles Godoy, aunque debo agregar que la presencia de la cineasta mujer en el país, casi la mayoría en la Producción, fue notable en esa época, quizás Violeta Núñez gran historiadora del cine peruano tenga codificadas las experiencias, y ya para los estudiosos, Nelson García publicó una larga lista de productoras mujeres que ejercieron durante la vigencia de la 19327 hasta ahora, en los ochenta apareció Aldo Salvini, con sus “impresionistas” cortometrajes en ficción y dos largometrajes, lo mismo que Pancho Salomón ,Juan Carlos Torrico y Roberto Bonilla, pero retomemos, no estamos hablando de directores, entre los setentas y ochentas, casi todos los camarógrafos que nos formamos en la nueva ley de cine 19327, y que nos llamábamos así mismo realizadores, pues dirigíamos nuestros cortometrajes y documentales además de editarlos y filmarlos, seguimos en la actualidad trabajando, experimentando, creando. Los Videastas, comunicadores y directores en video/Tv actuales responden a otros requerimientos, en cuanto a soporte y sobre todo a contenidos, tecnología y lenguaje, el cine es cine y aún no ha sido superado no solo en cuanto a calidad, ni contenidos, el arte cinematográfico es aún vigente como lenguaje y expresión frente a las producciones comerciales de entretenimiento saturadas de efectos y demás, de esto o sobre esto la crítica tiene la palabra, esta realidad la comentaré en otra oportunidad, pues el “mercado” es su signo… En esos tiempos, hablo de los primeros años de la 19327, apareció el “Chino” Pérez, gran director de cámara y fotógrafo, trabajó con Lucho Figueroa, en algunas de sus películas, después emigró a Bolivia, donde hizo la foto de numerosos documentales y algunas películas de Jorge Sanjinés, a mediados de los setentas todos nos agrupamos y fundamos como trabajadores el Sindicato de Trabajadores de la Industria Cinematográfica (SITEIC), recordamos siempre a Fernando Espinoza, uno de los creadores junto con Estefan Kaspar de Chaski, a Victoria Chicon gran editora, a Pancho Angulo, para quien la iluminación y la “electricidad” no tenían secretos, a y a Nora De Izcue digna representante de gran trayectoria de los cineastas de ese entonces, entre otros muchos afiliados. Unos años después, impulsados por la realidad y por nuestro gran amigo productor en esos tiempos Luis Garrido Lecca fundamos la ACDP, Asociación de Cineastas del Perú y esa es otra gran historia. En esa época pudimos desarrollar nuestra profesión gracias a esta ley proteccionista, pues era obligatorio para los exhibidores proyectar nuestros trabajos en sus circuitos de cine, así podíamos recuperar la inversión, pagar créditos y continuar con el proceso, esto se acabó con la derogatoria de esta ley por parte de Fujimori en 1992, quien en el año 1994 sacó la actual ley, llamada por lo incompleta y ahora obsoleta “ley concurso”… aún el cine en el Perú adolece de una importante Cuota de pantalla, no existe Instituto del Cine, y menos una adecuada Filmoteca Nacional, aunque hay que destacar que sin la labor de la Filmoteca de la PUCP, y Norma Rivera, con su maravilloso archivo muchas películas y sus originales se hubieran perdido. En sus orígenes la Filmoteca funcionaba en el Museo de Arte de Lima, en el Paseo Colón, fue fundada por la gente de “Hablemos de Cine” jóvenes críticos de la época, creadores de la revista del mismo nombre, estaban Chacho León, Pablo Guevara, Federico de Cárdenas, Juan Bullita, Ricardo Bedoya, Carlos Rodríguez Larraín y otros entusiastas jóvenes entre ellos Pancho Lombardi, Sonia Goldenberg, capitaneados por el maestro de maestros Desiderio Blanco, de gran labor intelectual, académica y teórica sobre el cine, los medios, el lenguaje y las comunicaciones, y esto que ya parece interminable, obliga a recordar también al gran Atilio Bonilla del Cine Club de San Marcos, gran divulgador, estudioso cinéfilo, y profesor desde los finales de los sesentas, no creo que exista cineasta, poeta, escritor, danzarín, artista o espectador que ame el cine que no haya pasado por sus multitudinarias sesiones del buen cine en locales como el del Ministerio del Trabajo y otros. Si bien en toda coyuntura de cambio de gobierno las representaciones gremiales de turno de cineastas tercamente para bien, nunca desistieron de intentar “componer”, “arreglar”, “ampliar” la actual ley vigente, incluidas las políticas culturales de apoyo u “olvido” valga la redundancia de las Culturas del nuevo Ministerio de Cultura, ( vamos a cumplir como República 200 años y recién hace unos años tenemos Ministerio de Cultura…) y valga el gran esfuerzo, todas las negociaciones fueron a dar al tacho de basura, salvo el “fantástico” aumento del capital para los concursos de proyectos, ampliado también a variadas posibilidades de ayuda, una importante, por lo justa, la real participación del cine regional, apoyo al cine llamado “experimental” o a proyectos en marcha, a estas alturas teniendo en cuenta la real situación del país, algo es algo. Juan Velasco primer y único dictador nacionalista en el Perú pegó un duro golpe a las corporaciones al rescatar un fuerte porcentaje del mercado de la exhibición y distribución para el país con la ley 19327… desde esa época, 1972, muy poco se ha avanzado, salvo a nivel numérico por la cantidad de cortometrajes, documentales y largometrajes que se siguen realizando y eso es respetable, sean de la calidad que sean son producciones que movilizan el mercado, y la cultura cinematográfica y audiovisual , como vemos el cine en el país tuvo dos legislaciones promulgadas por dos sendos dictadores, de sentido ideológico contrario, cosas de nuestro Perú. Entre los finales de los ochentas y los noventas se dio el gran salto al video y después al digital con el cambio de siglo, el cual todos asumimos, investigamos, creamos y utilizamos, lo que nos embarcó en diferentes búsquedas Audiovisuales. No es posible dejar de tener en cuenta ese actual cine comercial, muy malo por cierto, de cuya fuente (participó la Tv Basura, agencias de publicidad, exhibidores, mediáticos “actores” y distribuidores) surgió la película más taquillera de la historia del cine en el Perú, por cierto, bobalicón melodrama, sostenido en un pésimo y vulgar humor, una ingenua puesta y clicheteados actores, abriendo según su marqueteada publicidad el camino al éxito en cuanto a número de espectadores, aunque desde un punto de vista real, son más los fracasos del cine comercial peruano, tanto a nivel género, drama o comedia, existen más de 100 películas producidas en los últimos años, y ninguna o muy pocas superó los mínimos o llegó a niveles económicos aceptables en cuanto a espectadores, como productos “subvencionados” con un premio, son un fracaso, lo que no quiere decir que no haya buenas, y algunas muy buenas películas (algunas con premios internacionales respetables) las menos entre ellas podemos entenderlas como cine de autor, personal, de arte o nuevas propuestas, tesis de por medio, que aún en ese marasmo comercial alienante que es el público en el país, intentan “decir algo”, “crear algo”, “dejar algo” por encima de intereses en cuanto a taquilla y de la falsa ilusión del éxito marquetero o la polvareda mediática muy bien pagada a través de coproducciones con la “Tv basura” y agencias de publicidad intentando lucrar en el “negocio” del cine, buscando a toda costa “entretener” ese casi mayoritario público nuestro por el momento analfabeto audiovisual, exigente y dependiente en cuanto a divertimentos, películas de género, melodramas, comedias, terror, acción, de la industria corporativa transnacional, público espectador peruano alienado, consumista, estamos pues por el momento frente a una muy bien difundida idea que pregona el surgimiento del cine comercial demandando más apoyo en cuanto a cuotas, auspicios, o premios por parte del estado. En estos tiempos, y valga la frase, el celuloide es más que recuerdos, es y fue una gran etapa en cuanto a lenguaje, calidad, técnica y contenido, era el Cine.

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